Revisión bibliográfica
Debido tanto a factores del orden de lo político (referentes particularmente a la censura), como a la falta de financiamiento y ausencia de un mecanismo estatal para promover la creación audiovisual durante la dictadura, las películas de Cristián Sánchez tendrán una distribución y exhibición muy reducidas y precarias, tanto en Chile como en el extranjero. La mínima difusión de esta obra se traducirá en que, hasta la actualidad, existe un importante desconocimiento en torno a estos filmes. En ese panorama, no es exagerado aventurar que fueron dos instancias las que permitieron, durante la primera década de los dos mil, el re-descubrimiento de la cinematografía del director.
En primer lugar, será en el BAFICI (Festival Internacional de Cine de Buenos Aires), donde se realiza en el año 2006 una retrospectiva con las películas de Sánchez realizadas a la fecha, lo que permite que el público argentino, latinoamericano e incluso chileno, se familiarice con su filmografía. Eso da paso a que, en Chile, especialmente en el ámbito universitario, se genere un interés casi “de culto” por esta obra a destiempo, interesante y desconocida.
En segundo lugar, será muy relevante el estudio que hace el historiador y teórico del cine Jorge Ruffinelli, quien publicará un libro titulado El cine nómade de Cristián Sánchez, donde se incorpora una compilación de artículos (ensayos y comentarios críticos); una extensa entrevista realizada por Ruffinelli al director, y la inclusión de textos del propio Sánchez en torno a una reflexión interesante en torno a sus propias películas, como también a filmes realizados por otros directores. Abre El cine nómade… un ensayo extenso escrito por Ruffinelli que mantiene como eje central las figuras del ‘nomadismo’ y del ‘fuera de lugar’. Bajo ese prisma conceptual, establece una lectura a través de la filmografía, que va desde los filmes Vías paralelas a Cautiverio feliz (1998), en donde observa un “fuera de lugar que puede leerse como ‘nomadismo’ avánt-la-lettre, un nomadismo moderno –dentro del malestar genérico de nuestra cultura–, que ha venido a desplazar la usual y cómoda distinción entre lo nómada y lo sedentario”. El autor recurre a Deleuze para comprender la figura del nómade como “aquel que no se va, que no quiere irse, que se aferra a ese espacio liso en que el bosque recula, en el que la estepa o el desierto crecen, e inventa un nomadismo a ese desafío”. Un nomadismo que, en la filmografía de este director, nosotros revisaremos desde la puesta en escena del espacio, desde la debilidad del argumento y de la narración, desde el vagabundeo constante de los personajes que deambulan en círculos, sin detenerse, volviendo a los mismos lugares, pero sin alejarse demasiado del punto de partida.
El segundo capítulo del libro consiste en un extenso diálogo entre Sánchez y Ruffinelli, donde el director se refiere no solo a los obstáculos, las motivaciones, los conflictos políticos, las dificultades financieras y productivas, sino también al conjunto teórico y filosófico de textos que aborda (compuesto por ensayos, autores cinematográficos, títulos de libros), que estarán circulando de distintos modos en sus películas, y que permitirán entrever muchas referencias directas e indirectas. La entrevista nos permite comprender el estatuto experimental, e incluso, marginal del director. Astuto, al ser capaz de traducir una supuesta desprolijidad (manifestada en términos de saltos al montaje, de imperfecciones sonoras, de imágenes que se van a negro sin motivo aparente), en una cualidad estética que será intrínseca a su filmografía. A lo largo de esta entrevista se confirman, además, muchas de las hipótesis con las que trabaja Ruffinelli, pero ya desde el quehacer cinematográfico en un periodo en donde dicho proyecto era prácticamente inviable.
El libro cuenta con un segundo ensayo extenso, escrito por Felipe Aburto: “Afuera del filme: errancia, minoría y des (autor)ización en el cine de Cristián Sánchez”, donde el autor se concentra en tres ejes para abordar esta cinematografía. La errancia del héroe (“que extranjerizan al personaje y reenvía el eco de una multiplicidad que no se deja atrapar por el filme”); la minoría, como capital espectatorial (“una proporción desigual en la relación de consumo de imágenes habilitadas socialmente”); por último, la des(autor)ización narrativa (“que consiste en trazar movimientos sin destinatarios”).
Si bien el contenido de ese libro constituirá el estudio más importante (tanto en extensión, como en la opción de abarcar minuciosamente y en profundidad toda la filmografía realizada hasta ese momento) en torno a la obra del director, encontraremos otros textos publicados en diferentes medios (impresos y digitales; libros y revistas), que nos resultarán igualmente beneficiosos para la perspectiva de análisis que abordaremos a lo largo de las páginas que siguen.
En primer lugar, Enrique Lihn publica un texto breve, en el mismo año del estreno de El zapato chino, donde expresa “La libre andadura de El zapato chino sigue el rastro ortopédico de lo real”. Es un texto interesante, pues propone una realidad descentrada por el contexto en el cual se halla inmersa, una suerte de libertad que igualmente se encuentra condicionada por las coordenadas históricas de la época.
Por su parte, Valeria de los Ríos, en su artículo “Sujeto, violencia y repetición” (publicado en una nueva edición del libro de Ruffinelli) analizará también la película El zapato chino, y lo hará desde la idea de repetición, en tanto “índice de haber estado sometido a un acontecimiento traumático”. Desde otra perspectiva, abordará también la figura de la alegoría política, en donde sugiere: “La política se incorpora así de modo indirecto a partir de las elipsis, el uso del fuera de campo, la disociación entre lo que se dice y lo que vemos o dejamos de ver”. Muchos elementos de nuestra tesis dialogan con las observaciones que establece la autora, y los retomaremos a partir de una profundización de los posibles usos del fuera de campo, pero también, desde la división entre imagen y sonido, que nos da a entender que no siempre lo visible o lo subjetivo es lo real, ni pertenece al campo de los acontecimientos que están siendo narrados.
Otro autor que nos servirá de referente para esta investigación es Pablo Corro, que contribuye desde dos frentes a la revisión teórica de la obra del cineasta. En primer lugar, en su capítulo “El cine de Cristián Sánchez y la acción en crisis”, se refiere a las anomalías de lo real, “Esa percepción de lo real anómalo en el cine de Sánchez (…) es producto de la duración como efecto de dispositivos: de planos largos, de encuadres obstinados, panorámicas lentas, y, por cierto, el mismo lo dice, de planos secuencias”. En un segundo texto, trabajará en torno a lo que él denomina “las enfermedades de la luz” en las películas, los libros y algunas fotografías realizadas durante la dictadura, trabajando entre otras obras, con los filmes de Sánchez, donde articula un marco de estudio basado en una perspectiva cromática de visualidad de las películas y un análisis atmosférico, relacionado con el tiempo en que se desarrollan los filmes, donde hay una afección concerniente a la luminosidad de las obras.
Por último, cabe mencionar que, durante el año 2016, se publica una nueva revista digital, desarrollada en la Universidad de Valparaíso, bajo el título de Cinemagrafía (http://cinemagrafia.cl/), publicación que contiene como dossier principal un especial sobre Cristián Sánchez, compuesto por diversos artículos y entrevistas que giran en torno a la obra del director, revisando sus distintos filmes.